Minimalismo en clave black & white
El término minimalismo, muchas veces mal entendido y mal interpretado, se utiliza para describir una tendencia en el diseño y la arquitectura en la que el sujeto se reduce a los elementos esenciales y necesarios al desnudo. No, no es un fenómeno nuevo, sus orígenes se remontan a la II Guerra Mundial.
Fue el arquitecto alemán Ludwig Mies van der Rohe quien adoptó la tan utilizada hoy en día expresión expresión «menos es más» para describir la táctica estética de la organización de los numerosos componentes necesarios de un edificio para crear una impresión de extrema sencillez.
El minimalismo es uno de esos estilos que siempre son tendencia, que permanecen siempre vigentes y que además no nos casan. Y es que su sencillez y desde su condición, en la que huye de lo recargado y a la vez busca la elegancia, difícilmente nos puede cansar.
Los amantes de este estilo decorativo encuentran, además, en la combinación blanco y negro el tándem perfecto para potenciar su estética y resaltar su elegancia. Con la combinación blanco y negro el éxito está asegurado, nunca se falla. Incluso, esta combinación en un ambiente minimalista acepta cualquier tono de la escala de grises, dando así más juego dependiendo de la luz, el tamaño y el espacio que estamos decorando.
Y hay algo en lo que el blanco y negro coincide con el minimalista, es una combinación de colores que nunca nos cansa. Y dentro del marco de un espacio con estética minimalista, el blanco y negro ofrece un amplio abanico de posibilidades que encajan a la perfección con casi cualquier espacio o estancia.
Todo en su justa medida, —dicen—. También las dosis de blanco o de negro cuando decoramos un espacio…
Y es que no la misma fórmula funciona para todos los espacios. Quizá, los aspectos más importantes a tener en cuenta son que el blanco nos ayudará a potenciar la luz y ampliar visualmente los espacios; por lo que, especialmente en lugares en los que los metros cuadrados son reducidos, el blanco en grandes cantidades jugará a nuestro favor; por su parte, el negro, será el encargado de imprimir contraste y personalidad, pero no podemos olvidar que su efecto es justo el contrario al blanco, por lo que en estancias pequeñas o en las que contamos con poca iluminación, habrá que dosificarlo mucho.